Presentación Del último Informe 1

Presentación Del último Informe 1 gy EugeniaS012 10, 2016 18 pagcs Mansilla, Sol; Burgos, Ana. 6030 Presentación del trabajo finalizado Tema: Acoso Escolar Alumnas: Burgos, Ana y Mansilla, Materia: Proyecto de Investigación PACE 1 or18 Curso: to View nut*ge 6to 3era Profesor: Lagos, Juan Carlos Escuela: E. E. M NO 5 Fecha de entrega: 19/05/14 escolar en Argentina. El acoso escolar consiste en el maltrato físico, verbal y psicológico de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado que reclbe un niño por parte de otro/s compañero/s.

Generalmente la víctima es el más débil o indefenso. La motivación de los agresores es la ecesidad de poder y querer demostrar su dominio. «Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteracion encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella.

El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se

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muestre uy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin [mite de edad. Señales de alerta en la escuela y en las tareas escolares – Cambio repentino en la asistencia a clase o en el rendimiento académico. – Éxito académco, parece el niño mimado o la niña mimada del profesor o de la profesora. – Le cuesta concentrarse en clase, se distrae con facilidad. – Se va tarde al recreo y regresa pronto al aula. Tiene algún tipo de dificu ndizaje. 8 – Falta de interés en las act algún tipo de dificultad en el aprendizaje. Falta de interés en las actividades o en actos de la escuela. – Deja de asistir a actividades de la escuela que le gustaban. Se considera como un acto, desgraciadamente, cotidiano. La mayoría de los adultos lo justifican como «cosa de chicos». Estas agresiones ocurren habitualmente entre los chicos de 10 a 18 años. Hay que aclarar desde el comienzo que no cualquier situación de broma o cargada en perjuicio de un niño o adolescente, dentro del ámbito escolar, es considerado acoso.

Para hablar del mismo tiene ue haber un grupo que tome de punto a un compañero en particular y que repita el hostigamiento de forma repetida y sistemática También a la hora de hablar de la misma, solo se considera violencia física, pero no se tiene en cuenta que es más dañino de lo que aparenta, es decir, que causa daños psicológicos, que afectan más que un simple «golpe. puede ser diferente según las edades, el género, el entorno, la reacción de los demás y la condición socioeconómica, entre otros factores, y puede tener diferentes manifestaciones. Poner sobrenombres, insultar, poner en evidenci icos o menospreciar al onsidera como un acto cotidiano.

Según el reciente informe final de la investigación realizada conjuntamente entre el programa de Antropología Social y política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Argentina, FLACSO, y el Área de Educación de UNICEF Argentina sobre Clima escolar, situaciones conflictivas y de violencia en las escuelas secundarias de gestión pública y privada del área metropolitana de Buenos Aires, el 66% de los alumnos en el año 2009 presenciaron situaciones de humillación entre ellos o sus compañeros y el 22, 7% ha estado preocupado por resultar víctima de tal situación.

No solo resulta afectada la víctima de acoso sino también, el victimario. «Algunos especialistas consideran víctima al hostigado y victimario al hostigador, pero en realidad, en alguna medida ambos son afectados por el acoso escolar. El niño hostigado tiene más riesgo de padecer enfermedades psíquicas y físicas tales como depreslón, fobia escolar, ansiedad, trastornos de aprendizaje, cefalea y dolor abdominal, entre otros síntomas.

Pero se observó que el hostigador también puede padecer cuadros de ansiedad, trastornos de conducta y baja autoestima» «El modo de encarar el tema en el aula no es menor y no todos stán capacitados para hacerlo. Muchos docentes no se sienten preparados para afrontar estas situaciones. Hay que abordar el problema desde dimensiones institucionales, subjetivas, sociales. El problema no es sólo del chico, sino del chico en una trama de relaciones. Es importante 18 abordar cada caso en form no generalizar. A su vez, caso en forma particular y no generalizar.

A su vez, es fundamental sostener a los docentes para que ellos puedan sostener a los chicos, subraya Zelmanovich. Actualmente existe una pérdida de autoridad del docente. Si pensamos en el término de autoridad de hace tres décadas, había un sostenimiento de ésta or el rol, más allá de cómo se ejerciera el mismo, es decir, se tenía autoridad por el solo hecho de ser docente o padre. Esta autoridad entró en crisis, por lo tanto hay que construir otro tipo de autoridad que se sostenga en lo que se es capaz de transmitir, y a su vez con la propia coherencla respecto del trato con los demás.

Es así como se construye autoridad en el medio educativo». Opina Leonor Lozano, coordinadora nacional de Programas para la Construcción de la Ciudadanía en las Escuelas y coordinadora del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación En las edades más tempranas interviene más la agresión física directa y verbal, mientras que en el secundario se transforma en indirecto como murmuraciones, amenazas, robos rechazo y aislamiento, alg pante, ya que la aceptación en el grupo es usaba anteojos.

Después, en la secundaria, como era tan flaquita me comparaban con el dibujito animado Piernas Locas Crane, una suerte de ave desgarbada y torpe, y a eso se le sumaban las burlas porque tenía ortodoncia; siempre había un motivo. Ahora que soy adulta recuerdo todo eso con simpatía, pero en su momento me daba bronca y tristeza, aunque nunca decía nada y me la bancaba El hostigamiento. La apariencia física, la vestimenta y las cuestiones étnicas o religiosas son los principales motivos. Para la psicoanalista especialista en niños y adolescentes y miembro titular en Función Didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Marta Dávila, el acoso escolar «es muy frecuente y desde todos los tiempos. Ahora se hace más visible porque la sociedad en general está también muy violenta y los chicos aprenden lo que ven y viven. Los medios maslvos de comunicación colaboran muy negativamente, transmitiendo permanentemente imágenes de agresiones como si fueran un spectáculo más que una noticia.

Los chicos sufren un efecto contagio, que se da al mismo tiempo que una pérdida de autoridad de los adultos en general, incluyendo, por supuesto, a los padres» Un estudio revelador realizado por la Unesco en Latinoamérica reveló que en términos de insultos o amenazas, la Argentina es el país que muestra las cifras más altas. Como vemos, hoy se puede definir la violencia escolar como algo de menor grado, considerado por los adulto tan solo un «Juego de apoya esto y deja avanzarlo, difícilmente se puede esperar que alguna vez tenga fin. Acoso Escolar, Desarrollo.

El acoso escolar es una realidad que ha existido en os colegio escuelas desde siempre, es considerado un proceso normal para I os que participan. Esto es un principio se consideraba que eran la víctima y el victimario. Hoy se entiende que además son participantes de la d Inármca los espectadores o, testigos directos que presenciaron el hecho y indirectos que son, el personal, las autoridades del colegio, la fami lia y la sociedad entera. Por lo tanto, la solución no está enfocada a un a o dos personas en particular, sino que debe involucrar a toda la comuni dad.

Dentro de la misma está el personal de salud y específicamente el ediatra quien puede detectar esta realidad oculta y orientar en la acciones a seguir. El acoso consiste en u ‘ento agresivo que implica tres manotaje que se realiza bajo anonimato por internet usando blog correo electrónico, chat, teléfonos celulares, enviando mensajes intimidatonos o insultantes. La mayoría de los estudiantes, también como personas mayor aseguran haber sufrido alguna vez una situación de maltrato, ya s personal o ajena.

De acuerdo con las estad[sticas el problema serí mayor el pre- adolescencia. Específicamente desde 40 grado (10 años) y se mantendría hasta | 0 de secundaria (13 años) después se manti ne pero en menor grado. Los varones son quienes victimizan más que las niñas y utiliz an mas la agresión ffsica y verbal. Mientras que las niñas usan la agresión indirecta relacional, apareciendo los rumores o realizando exclusi social. El patio del colega, o algún lugar, de la misma, sin superwsi ón de un adulto es donde ocurren las agresiones fricas.

En clase, con o profesor o autoridad presente, ocurren agresiones verbales. puede aparecer ideacion suicida. Ello es favorecido por el poder en aumento del agresor y el desamparo que siente la víctima, con la creencia de que es merecedora de lo que le ocurre, roduciéndose un círculo vicioso, lo que hace que sea una dinámica dificil de revertir. En la adultez, hay mayor desajuste psicosocial. Signos de victimización: El niño o joven regresa del colegio con ropa, libros pertenencias dañadas o sin ellas.

Presencia de heridas, equimosis, cortes inexplicados. Tiene pocos o ningún amigo. Se ve preocupado de ir al colegio. Evita cierta gente, situaciones, lugares. Ha perdido interés en el trabajo escolar. Presenta dolores abdominales, o síntomas vagos. Se queda en casa porque está «enfermo. » Dificultad para dormir y/o Se ve triste, deprimido. ersistir, caen en otros desajustes sociales, como vandalismo, mal rendimiento académico, uso de alcohol, porte de armas, robos.

Los agresores/victimas: Tienden a ser hiper-activos con dificultad para concentrarse. Son impulsivos, de tal modo devuelven el ataque. Cuando son atacados, muchos estudiantes están involucrados como agresores, a veces, la clase entera. Ellos tienden a maltratar a nlños menores o más débiles que ellos. Son los que han acusado más problemas de salud, más que las víctimas. Han tenido más problemas académicos, más que los agresores, tienen problemas de relación con sus pares y mayor so de tabaco y alcohol.

Testigos o espectadores: Son la audiencia del agresor, entre el 60% y 70% del universo restante, el agresor se ve estimulado o inhibido es por eso que hay programas de prevención que tratan que los testigos tengan un rol preventivo. En un estudio, el 30% de los testigos «intentó ayudar a la víctima» mientras que el 70% no intentó intervenir. Pesar mando, esta cifra el 40% no hizo nada porque «no era de su incumbencia», el 30% no ayudó, aunque «sintieron que deberían hacerlo», probablemente por temor a ser victimas. Hay una intención que n se traduce en conducta, I r modificado.