La venganza de la vaca

La venganza de la vaca gyjuaanISOI HOR6pR 17, 2011 | II pagos LA VENGANZA DE LA VACA de Sergio Aguirre Introducción: Una mujer dormía y un ruido fuerte la despertó. Quiso prender la luz del velador y no pudo. No había luz en la casa. Sentía un olor fuerte. En la oscuridad y a ciegas se levantó. El olor era cada vez más fuerte. Se dio cuenta que era olor a excremento de animal. Empezó a caminar por la casa a oscuras y pronto pisó algo húmedo y pastoso. Empezó a gritar y luego tropezó con algo. Cuando la luz volvió ya había cardo por las escaleras.

CAPÍTULO Se reúnen amigo Manuel y Cristina, en staba muy mal. Estaban todos, fu conmovió a todos. PACE 1 ori 1 ve’ dr la, Leticia, Carlos, e Rafael el cual ño pasado que los Pensaron que ya era tiempo de de reunirse y dispusieron de la casa del abuelo de Cristina en Las Vertientes, que solo tenían que organizarse. CAPITULO II Acordaron reunirse en la casa de campo del abuelo de cristina, que era perfecta para los días de Semana Santa. Para ir a las Vertientes Carlos debía viajar primero a Córdoba, vivía en un

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pequeño pueblo llamado los Molles, este debía encontrar con Manuel.

Leticia iba a pasar a buscar a Marcela esta estaba un poco ormida cuando le abrió la puerta, tomaron un café con galletitas antes de subir al taxi que las llevarla a la terminal de ómnibus. este viaje lo ponía muy nervioso, le pareció ver una silueta de una vaca cruzar de una orilla a la otra del camino. CAPITULO III Cristina y Rafael se sentaron en una pequeña escalinata en la entrada de la casa a esperar la llegada de los demás. Leticia y Marcela aparecieron co sus mochilas haciendo ruido al pisar las hojas secas del camino.

Más tarde, aparecieron entre los árboles Carlos y Manuel ya que hablan llegado todos se dispusieron a tomar mates. Mientras ristina empezó hacer el almuerzo con la ayuda de Carlos, Rafael le mostró las habitaciones en donde dormirían. Luego de almorzar decidieron salir a caminar, tras detenerse en un riachuelo a descansar de las subidas y bajadas de las lomas serranas. Cuando regresaron a la casa Cristina contó que a veces entran animales a la casa, vacas. En la cena pensaron en comer carne al horno, Rafael y Cristina digieron que no, porque no comían carne de vaca.

Marcela se puso nerviosa y pregunto que pasa con las vacas, entonce Carlos le dijo después de la cena les comento. CAPÍTULO IV Carlos, relata cómo conoció a Clara, una chica que atendía una antina en Los Molles, Carlos cuenta cómo era Clara, callada, muy sumisa, a penas hablaba, aunque él buscaba oportunidad para poder entablar una conversación. Cualquier cosa en ella había enamorado a Carlos. Él insistía con sacarla a pasear, hasta que un día le dieron permiso de las ocho hasta las doce. Al despedirse, con un movmiento rápido, Carlos alcanzó a besarla.

Fue las ocho hasta las doce. Al despedirse, con un movimiento rápido, Carlos alcanzó a besarla. Fue en ese preciso momento que encontró en Carla algo horrible, que no podía decirlo en palabras. Decidió no ir a la cantina por unos días. Y a Clara volvió a verla pasada una semana. Ella fue a su casa a invitarlo para su cumpleaños. Allí estaba Carlos en la casa de Clara. Conoció a sus hermanos, raros y a su mamá, que tenía una boca grande y horrible. Mientras cenaban todos permanecían callados, comían lentamente.

Carlos quería salir de ese lugar y le pidió a Clara de ir a caminar. Fueron hacia el establo y allí el olor a excremento de vacas era penetrante. Mientras caminaban, en un instante Carlos no pudo zafar de Clara quién lo besó con su gran boca y su lengua dando vueltas, recordándole a la madre comiendo durante la cena. Salió corriendo y subió a su moto, mientras recordaba esa gigantesca boca de vaca que sacó Clara para besarlo. Luego la novela comenta sobre la profesora de inglés de los chicos. Una docente, llamada Susana, con un hijo, Nicolás y su marido.

Susana era una excelente profesora, muy amable y muy preocupada por los alumnos. Los chicos, excepto Marcela, se habían hecho muy compinches con ella y solían ir a visitarla. Rafael, se fue un año a Inglaterra y ella se encargó de hacerle una despedida en su casa. Susana se dispuso a corregir las pruebas, mientras comía con algo de culpa unos caramelos. Pensaba en pedirle a Leticia una dieta para adelgazar. Esa tarde Susana entregó las caramelos. Pensaba en pedirle a Leticia una dieta para adelgazar.

Esa tarde Susana entregó las notas y luego propuso una tarea. Al volver a su escritorio vio un papel doblado, que quedó allí, hasta que se retiraron todos. Susana juntó los trabajos y luego abrió esa nota. Los ojos se le llenaron de lágrimas: SOS UNA VACA. Pensó que no era justo. Trató de calmarse. Caminó sin rumbo. Paró en una esquina y vio un cartel de un lugar donde se hacen dietas o se busca adelgazar. Entró a preguntar. La doctora tardó en atenderla. Pensó que si tardaba más, llegaría Nicolás de la escuela y no la encontraría.

Ya casi la atendía y decidió irse. En ese momento se desató una gran tormenta y no conseguía taxi. Cuando Nicolás llegó a su casa, tocó timbre y nadie salló. Recordó que su mamá guardaba una llave debajo de una maceta. Abrió su casa. una vez adentro se dispuso a mirar la tele y recordó los caramelos de leche que su mamá le había comprado. Los buscó hasta que vio las bolsas de supermercado sobre la heladera. Corrió las sillas para alcanzarla Tuvo que ponerse en untitas de pie para llegar a los caramelos. Pegó un saltito.

En ese momento la silla hizo un ruido y Nicolás empezó a caer para atrás. CAPÍTULO V Carlos terminó de contar su experiencia con Clara. Como estaba dubitativo decidió ir a una curandera. Ella lo mandó a la casa de I hijo de un médico en Villa Fontana, que le había pasado algo similar. Mientras Cristina y Marcela fueron a preparar café, Marcela le comen comentó a Cristina que no podía creerlo, a lo que esta seriamente le dijo que eso desgracladamente puede ser cierto. No podia entender como una persona podría ser una especie de vaca.

Cristina comentó sobre una historia que había sucedido hace muchos años en esa misma casa. Ella había encontrado un escrito de su abuelo mientras limpiaban y acomodaban cosas. Decidió hablar de esto que estaba escrito en un cuaderno celeste, que aún permanecía en la casa y que todos aceptaron que Cristina lo leyera. En el cuaderno, el abuelo de Cristina cuando era niño, contaba la historia de los TüÜr, una familia venida de Hungría. Habían llegado junto con las vacas y eran cinco de familia. El padre se llamaba Lepo y Emma la hija mayor.

Los gemelos trabajaban en el campo, siempre estaban en el corral. Una característica de los Tijür era que no hablaban. Solo lo hacían como último recurso. Casi no se relacionaban con la gente. Otra característica de esta familia era que tenía la piel muy, muy blanca y fina y en algunas partes se les notaba las venas. Un día de noche buena, luego de irse a dormir todos, como todo chico, le costó dormirse ya que quería jugar con su regalo de navidad. Fue esa noche que al quedarse despierto descubrió el secreto de los Tüür.

Escuchó un ruido, como un gemido y se asomó por la ventana. Vio salir a los gemelos que comenzaron a dar vueltas en círculo. Al rato salió la madre que comenzó a dar vuelt gemelos que comenzaron a dar vueltas en círculo. Al rato salió la madre que comenzó a dar vueltas su cabeza en círculos. Pasó el verano y estando jugando en su habitación escuchó un rudo, como un silbido, un golpeteo. Salió de su habitación y vio a Emma mirándose en el espejo con los ojos abiertos y la lengua afuera. Se quedó paralizado y no podía reaccionar.

Cuando Emma lo vio le dijo frunciendo el ceño: no diga nada. Era cosa de no creer. Los Tüür parecían animales y no personas, y estaban convirtiéndose en vacas. Tal es el horror, que unque pasen los años jamás olvidará a los Tüür. Cristina le escribe a Rafael una carta cuando estaba él en Inglaterra: Le cuenta, que Nicolás había muerto desnucado. Lo peor de todo es que gracias a esa nota Susana se habla atrasado para llegar a su casa. Carlos piensa que tienen que buscar al que hizo eso. Cristina le pide a Rafael que apure su regreso.

Rafael se quedó pensando y el estar en Inglaterra lo ponía mal. No haber podido estar junto a Susana en ese difícil momento y no estar junto a sus amigos que eran como de su familia. Debajo de la carta de Cristina alcanzó a ver el titular del times, Tragedia en Sothersby Farm» tomó el diario y lo leyó. Esa noche Rafael no podía dejar de pensar en Susana, en Nicolás y en la vacas… CAPÍTULO VI Carlos siguió contando sobre el joven que le dijo la curandera que fuera a ver. Él visitó la casa del médico y el hijo enseguida supo de qué estaba hablando. Los Juáre ver. ?l visitó la casa del médico y el hijo enseguida supo de qué estaba hablando. Los Juárez, una familia que había conocido durante unas vacaciones tenían sus particularidades. No bajaban nunca al pueblo, solo por provisiones y en ocaslones la hija mayor iba a la veterinaria. Como los chicos no iban a la escuela, la maestra Aida fue a visitarlos en su citróen pero al otro día la maestra abandonó el pueblo. En una ocasión la mujer de don Juárez se enfermó y mi papá fue a visitarlos. Cuando llegamos a la casa, los hermanos gordos nos rodearon y giraban alrededor nuestro.

Mientras mi padre revisaba a la señora me retiré al auto a escuchar musica y me llamó la atenclón cómo estaban recostados los hermanos debajo de la sombra de un algarrobo. Era raro, una enfermedad de manchas en la piel que jamás había visto y no hay comezón, ni dolor. Son manchas negras por odas partes del cuerpo y con alguna pilosidad. Al otro día nuevamente mi papá fue a ver a los Juárez. Como se demoraba, mi mamá me pidió que fuera a verlos. Al llegar, la hija estaba llorando en la galer(a. Sobre la cama estaba la enferma y me di cuenta que había muerto.

Un olor de excremento de vaca inundaba la habitación. MI padre me envió de nuevo a casa. Al salir volví a ver a los hermanos echados a la sombra del algarrobo masticando lentamente. Los chicos se reunieron: Rafael volvió de Inglaterra y comenzaron a dilucidar quién de sus compañeros podría haber sido el que escribió la nota. Abordaron a to 1 dilucidar quién de sus compañeros podría haber sido el que escribió la nota. Abordaron a todos, intentando buscar rastros que pudieran delatarlos. El resto estaba en otros lugares, Rafael y Cristina en Pinamar, Manuel en Mendoza, y Carlos en Los Molles.

Empezaron a hablar de varias cosas y de las carreras que eligieron para estudiar en la Universidad y Marcela dijo que tendría que aprobar inglés para poder entrar a la facultad. Además Marcela contó la bronca que ten(a porque su padre le había prometido un viaje especial a Punta del Este si terminaba el secundario sin llevarse materias. Leticia supo en ese momento quién había escrito la nota. CAPÍTULO VII Carlos terminó de contar la historia del hijo del médico. Rafael recordó, debido a estos relatos, algo extraño que también le sucedió a la hija de la familia donde él vivía en Inglaterra.

Ella se dedicaba a estudiar mitos y creencias indígenas de Europa y decía que muchas veces se dedicaban a adorar al diablo y a hacer maldiciones. Un castigo por excelencia era la de reducir la condición humana a la de anmal. Antes de destruirla encontró unos párrafos de un diario íntimo de una joven que había vivido llí con la familia Kitteredge: Jane Shar diario íntimo de una joven que había vivido allí con la familia Kitteredge: Jane Sharpe Esta joven fue a trabajar allí, pero era tratada por el matrimonio como una nieta.

Casi no la dejaban salir a hacer las compras y la señora Kitteredge se ocupaba de hacerle de comer los mejores manjares. Un día conoció a un chico en una tabaquería y él quedó en llamarla. Jamás recibió la llamada de Richard. Pasó el tiempo y Jane se sentía cada vez más pesada y dorm[a y dormía mucho. A los Kitteredge parecía no molestarles que ella estuviera todo el ía encerrada. Un dia encontró en su mesa de luz pasto seco. No le llamó la atención. Los días pasaron y cada vez estaba más sedentaria. Esto no parecía preocuparles a los Kitteredge. s pidió que llamaran a un médico y se enojaron. Comenzó a tener pesadillas en donde estaba en el medio del campo y rodeada de vacas. Luego le empezaron a salir manchas en la piel. La señora Kitteredge le traía pasto y ella lo comta. Ya no pudo escribir más. El cuerpo le dolía y nadie pudo ayudarla. CAPITULO VIII Todos estaban horrorizados. Muertos de miedo con las historias de vacas. Se creó un clima de tensión y de miedo hasta que decidieron ir a acostarse. Leticia, Carlos, Rafael, Manuel y Cristina discutieron durante tres días qué hacer.

Rafael comenta que cuando recibió la carta de Cristina había una noticia sobre un chico que murió embestido por una vaca. Luego decidieron que Marcela tenía que pagar por haber escrito esa nota. Lo organiz vaca. Luego decidieron que Marcela tenía que pagar por haber escrito esa nota. Lo organizaron de manera que Marcela no sospeche nada. prmero se acercaron como amigos, luego la invitaron a pasar unos días a la casa de los abuelos de Cristina. Durante la estadía dejarían ver pasar a las vacas. Conseguirían relatos sobre vacas.

Una vez dormida Marcela se encargarían de concretar su trampa. Ellos saldrían y cerrarían todas las puertas con llave. La planta alta la humedecerían con estiércol de vaca. En el pasillo justo a la mitad del paso colocarían la cabeza seccionada de una vaca que Rafael y Cristina consiguieron en un matadero. Manuel voltearía la mesa de roble para hacer un ruido fuerte. Cristina y Leticia estaban listas para cortar la luz. Después que Manuel hizo tumbar la mesa, Marcela se despertó, pese a su sueño pesado. Los ruidos dieron el indicio que había encontrado la cabeza.

Encendieron la luz. Llegó el momento que todos habían esperado, que Marcela sintiera terror, y su castigo por la muerte de Nicolás y el dolor de Susana. Hubo silencio y después el ruido del cuerpo de Marcela cayendo por las escaleras. En ese momento tuvieron miedo. Miedo de haber ido demaslado lejos. Personajes: Principales: Leticia, Marcela, Cristina, Rafael, Carlos y Manuel. Secundarios: Clara, la familia de Clara, turco Asís, Susana López (profesora de Inglés), Luis (esposo de Susana), Nicolás (hijo), la secretarla, la