La tradición de la ruptura de octavio paz

Introduccion. La ruptura de los arquetipos historicos en nuestra epoca. Segun el poeta Octavio Paz (Mexico 1914-1998), nuestra singular sociedad actual ha inventado la expresion de la tradicion moderna como un signo de busqueda de fundamento en el cambio, y ya no en el pasado o algun principio inmovil. En la division tripartita del tiempo, para las sociedades primitivas el arquetipo temporal que modela el presente y el futuro es el pasado inmemorial, que emana y confluye en el presente, haciendose la unica actualidad valedera.

El rito lo trae siempre a la memoria y evita la intromision del cambio. La permanencia se refleja en las normas sociales. El tiempo suprime la variacion y al recrearse y repetirse, este tiempo se transforma en presente. Lo que se vislumbre que suceda no causa incertidumbre, es aquello que fue y que debe seguir siendo. La norma ajusta la accion y lo que se busca es la inmutabilidad de un tiempo eterno, un tiempo sin tiempo, situado en los origenes, para imitarlo eternamente.

Las sociedades primitivas imaginaban un mas alla, al que querian aproximarse permanentemente, concibiendolo como un tiempo en reposo que ya no cambia porque ha dejado de fluir, o que fluye interminablemente, pero que siempre

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guarda celosamente el principio de identidad. La historia es caida, traicion y distancia del tiempo perfecto. El tiempo pasado debe animarse, ser, nacer, crecer y morir para renacer. La recurrencia elimina la muerte como absoluta desaparicion. Al contrario, la historia se presenta como una decadencia mortal. El unico modo de escapar de ello es el eterno ciclo.

La renovacion no significa innovacion, sino la seguridad de que al final del ciclo, lo unico que espera es el pasado original. Asi, futuro y pasado se fusionan. Los cristianos tambien contemplan una eternidad, pero la vuelta a aquel paraiso perdido la situan al final de los finales, cuando tras el juicio apocaliptico cada hombre y mujer se haga uno con la divinidad, admirando el rostro iluminado de su creador. El tiempo en que aparecio tal revelacion rezumaba el temor del fin de los tiempos, de ahi que el numero de quienes se acurrucaron bajo sus alas protectoras fuera grande, pues ofrecia una respuesta individual a la propia muerte.

Frente a una solucion pagana de un tiempo circular infinito e impersonal, el cristianismo se ofrecia como un ciclo temporal finito y personal. Al final, y por esos incomprensibles designios que solo la divinidad conoce, el tiempo de abominacion y pecado desenfrenado -asi como de sus hijos, el sufrimiento y la culpa- tiene su desenlace en el fin de los tiempos, en la muerte de la muerte misma. La tregua ofrecida a la decadencia por el eterno retorno tenia su contrapartida en el premio o la condena final, donde una presencia iba a estar esperando a cada uno de los seres humanos que existen y que alguna vez xistieron. Lo central no es el cosmos del mundo, su orden, sino que el cosmos individual que se alcanza al final. Al llegar a la union divina, la idea de un re-comienzo se hace absurda para los cristianos: el tiempo es irreversible. Antes del cristianismo, en culturas occidentales, chinas y mesoamericanas, se simbolizaba la edad dichosa con signos aureos y de jade, representando el tiempo condensado o el renacimiento desde la putrefaccion, el pasado que regresa y en que se conjuga todo el tiempo en un instante. Los accidentes y aparentes sucesos unicos pierden su sorpresa, y se conciben como momentos inexorables.

Citando a Milan Kundera (1984) “el mito del eterno retorno viene a decir, por negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, esta muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevacion o esa belleza nada significan (… ) la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. Como es posible condenar algo fugaz? (… ) demuestra la profunda perversion moral que va unida a un mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo esta perdonado de antemano y, por tanto, todo cinicamente permitido (… ) En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso una insoportable responsabilidad”. Ante la cuestion de la salida del circulo del tiempo, los habitantes de la India la resolvieron reduciendola a la ilusion, con dos variaciones: la negacion del tiempo en el ser inmovil igual a si mismo siempre (brahman) y la vacuidad inmovil (nirvana).

Ambas realidades mas alla del ser, del tiempo y del lenguaje, son solo una disipacion de los ciclos. El arquetipo del pasado atemporal primitivo, el tiempo ciclico, la vacuidad budista, la inmovilidad brahmanica y la eternidad cristiana, tienen en comun el principio unico de ser intentos de minimizar o acabar con los cambios. Ante la pluralidad de la sucesion temporal, oponen la unidad de lo diverso. Las consecuencias son, por un lado, la anulacion del paso del tiempo, y por otro lado, la presencia de las edades del mundo, en una espiral que conjuga los tiempos en un presente eterno.

La epoca occidental moderna, que carga con la vision temporal lineal del cristianismo, se opone tanto a esta como a las visiones ciclicas, dejando de lado la tradicion de lo inmutable. Se exalta el cambio, el futuro como novedad y base, ya no en el presente ni en lo que ya fue, sino en el evasivo futuro que se cree vislumbrar, pero que no ha sido visto, fugaz. Al no situar lo conocido delante, nuestra epoca vive en la incertidumbre, intentando vaticinar lo que acontecera y que sabe que no le tocara vivir, porque esta mas alla de la propia vivencia.

Lo que maravilla es el cambio, los procesos. Nada sera como fue y, por lo tanto, todo es posible. El presente se hace evanescente, inasible. De alli la vertiginosidad que puede desestabilizar a quien se dedica a observar lo que no permanece. Para ello, solo basta mirarse al espejo. Lo moderno no es solo novedoso, sino heterogeneo. Lo moderno se caracteriza por el caracter de eleccion por lo no homogeneo, el dejar de centrarse en la permanencia de un tiempo sin cambios que continue el pasado y la tradicion.

Lo que importa es la separacion que existe entre cada unidad de tiempo, por sus caracteristicas nuevas, que definen y limitan un antes y un despues de su acontecimiento, nunca igual a la tradicion antecedente. Esta, nuestra epoca, que parece estar anunciandose a si misma tambien un fin no muy lejano, esta dirigida hacia delante, hacia lo revolucionario, la accion, la actividad que se conjuga en el futuro. Esta inquietud nunca sosegada es la que los orientales consideran inutil, fatua, insana, mortal.

Es el estar siempre ocupados por algo sin objeto. Es el desvivirse por la ilusion de la permanencia de los sucesos, cuando ya hemos decidido que lo propio es que nada permanezca, pues lo que brilla no acaba de opacarse cuando ya otro destello obnubila. La modernidad no es univoca. Siempre diversa, el unico principio que ostenta es la permanencia tan breve o tan larga que hay entre la destruccion de cualquier tradicion imperante y el inicio de la que sigue. La tradicion es una manifestacion instantanea de la actualidad.

Se alzan y destruyen las tradiciones en manos de los iconoclastas, que parecen constituir la masa moderna, como expresion de nuestra postura en el tiempo. Sin el alero de la religion, los escepticos frente a la estabilidad son los adoradores de lo novedoso y, por extension, de la juventud, lo unico que se permiten desear como eterno, asidos al principio del cambio perpetuo y a su manifestacion pristina: el ahora, la actualidad. Este presente unico es para los modernos la negacion del ayer, es una trama de irregularidades, la variacion de la regla, y el objeto del amor es el disfrute del carpe diem del instante que se escapa.

La novedad moderna, que niega el pasado y afirma lo distinto, siempre ha sido aquello extrano a la tradicion imperante, y es torcida la direccion del presente por su heterogeneidad. El concepto de la tradicion de la ruptura. Lo moderno se hace tradicion con el rostro cruzado de interrupciones. De cada llaga de la ruptura brota el comienzo. La tradicion lleva dos marcas: la de la irrupcion en el presente de una idea que barre con la anterior, y la de estar hecha de momentos de ruptura fragmentados. Nuestra modernidad esta constituida por la sucesion de tradiciones, e la polemica y de la agonia de ellas, de manifestaciones momentaneas de actualidad, condenada a ser siempre distinta. Sin embargo, nuestra modernidad no se distingue unicamente por la novedad y la sorpresa, sino que por la continuidad de la interrupcion, la critica al pasado inmediato. La ruptura es un cambio en el horizonte -estetico, eidetico- hecho por la negacion de la tradicion y que lleva una nueva propuesta, que puede ser tanto la invencion nunca antes imaginada, como lo milenario, que se presenta como resurreccion de civilizaciones desaparecidas.

Dado que Paz plantea que aun vivimos la generacion de la ruptura. No pertenecemos al postmodernismo, sino al ultramodernismo, en que cada sujeto perteneciente a ella parece haber tomado la tarea de la ruptura como simbolo ya no solo de identidad, sino de crecimiento, de liberacion. La tradicion moderna borra las oposiciones entre lo antiguo y lo contemporaneo, lo cercano y lo distante, debido a la critica, enamorada del instante presente e irrepetible. Percibimos la aceleracion del tiempo historico, por el crecimiento del numero de acontecimientos que se da en el o de los que nos enteramos.

A la vez, la rapida sucesion de cambios y revoluciones esteticas nos hace advertir la continuidad de las rupturas. Como secreta unidad y creador, principio del cambio y oposiciones culturales, se asienta la figura del hombre, la naturaleza humana. Observando nuestra historia ? Estamos volviendo al antropocentrismo? Quizas este sustento permanece inalterado ante la furia de la oscilacion historica. Nuestra tradicion moderna se distingue por la expresion del cambio como fundamento.

Tal vez nuestra imagen del tiempo cambio cuando nos hicimos conscientes de la tradicion, pues al hacerlo, fuimos capaces de interrogar nuestro pasado sin quedarnos en el mero lenguaje vivido y expresado desde la tradicion. Fuimos capaces de un metalenguaje, de indagar desde fuera de un tipo logico, avanzar a uno que lo contuviera. Para explicar esto, recurro a Gregory Bateson (1976), quien planteaba que la paradoja es una “contradiccion que resulta de una deduccion correcta a partir de premisas congruentes”.

En la paradoja nos hallamos en una regresion infinita, en donde algo es falso cuando es verdadero y, a la vez, verdadero cuando es falso. Segun la teoria de los tipos logicos de Russell y Whitehead, todo lo que incluye a la totalidad de un conjunto no debe ser parte del conjunto. Se establece un orden jerarquico riguroso de los niveles de abstraccion en el manejo de los conceptos de la logica. Se concluye que una clase no puede ser miembro de si misma ni un miembro de la clase puede ser el mismo la clase.

Existe discontinuidad conceptual entre la clase y sus miembros, ya que cada uno se ubica en un tipo logico distinto en la jerarquia de tipos. La clase es de un tipo logico superior a la de sus miembros. Adjudicar incorrectamente una propiedad particular de los miembros a la clase o viceversa, son errores de tipificacion logica que generan paradojas. La teoria de los tipos logicos plantea la posibilidad de que la realidad esta estructurada en una jerarquia creciente de niveles de abstraccion, la cual al ser transgredida genera confusiones y situaciones insostenibles.

De la paradoja solo es posible escapar mediante la metacomunicacion, la metaobservacion. Solo al ver las cosas desde un nivel diferente se es capaz de proponer una realidad nueva, alejada de las contradicciones, con la clave del cambio. Esta observacion debe asumir que es realizada por un observador, y que de ahi parte, ni mas ni menos, sin adjudicarse la superioridad emanada de una supuesta observacion objetiva y esterilizada. Implica una autoconsciencia, la de no solo vivir dentro de una tradicion, sino saberse dentro de ella. Desde ahi es posible cambiarla y ser dueno de la libertad de una nueva proposicion.

La heterogeneidad de nuestra tradicion de la ruptura se opone a la unidad del tiempo que esta despues de los tiempos. Rechaza el cese de las contradicciones y prefiere leer en ellas su porvenir. Para miembros de culturas orientales, nuestro triunfo y perfeccion es siempre ideal e incompleta, insuficiente, ya que no es lo que es, sino lo que sera. Las utopias. La ruptura como forma de avance, llevada a ciertos extremos puede hacernos caer. Estamos acostumbrados a movernos en un mundo dividido por lineas imaginarias, que enfrentan como en lucha a fenomenos o seres. Hemos transformado la diferencia en oposicion.

Hombre-naturaleza, hombre-mujer, blanco-negro, imperialismo-comunismo, etc. Haciendo que el hombre crea que los fines a largo plazo de sobrevivencia como seres-en-su-acontecer (o seres-en-el-mundo, segun Heidegger) que se basan en la cooperacion, sean reemplazados por los fines a corto plazo, que significan batalla, lucha, competencia. Cuando el objetivo personal es estar del lado de la linea que es aceptable separandose del resto, surge el prototipo de hombre exitoso en la sociedad y surge la proyeccion de la hostilidad y violencia en quienes quedan “al otro lado”, sus no-yo, de modo que se les considera merecedores de castigo y explotacion.

La ruptura como oposicion en todo ambito humano puede crear situaciones en las que, al final, todo se resuelve en una conversacion de poder. BIBLIOGRAFIA: BATESON, Gregory: Pasos Hacia una Ecologia de la Mente. Buenos Aires, Eds. Carlos Lohle, 1976. KUNDERA, Milan: La Insoportable Levedad del Ser. Pp. 11-12. Barcelona, Tusquets, 1984. PAZ, Octavio: Los hijos del limo. Barcelona, Seix Barral, 1987. * Claudia Martinez Rayo, nacida en Vina del Mar, Chile, en diciembre de 1973, hizo sus estudios de Psicologia en la Pontificia Universidad Catolica de

Valparaiso. Tiene estudios posteriores en esa area, en el idioma Aleman y en gestion cultural. Trabajo en forma voluntaria en la traduccion de libros en el Centro Nordico de Literatura Infantil en Valparaiso, y elaboro los proyectos “Programa de Formacion de Monitores de Lectura: “Si yo disfruto un libro, mi parvulo tambien”, y “En la biblioteca infantil todo esta hecho pensando en mi”, ambos ganadores del Concurso de Proyectos de Fomento del Libro y la Lectura del Ministerio de Educacion de Chile, 2002, representados por el mismo Centro.

Ha cultivado la escritura desde la epoca del colegio, apoyada a lo largo de los anos por quien fuera su profesor de castellano, el escritor Jorge Marcelo Vargas, desarrollando sobre todo el relato breve. Publico el ensayo “Algunas palabras acerca de Baudelaire” en la antologia “La caja de agua” (Maturana, 1996) y fue ganadora del premio mencion de honor de la Fundacion Avon para la Mujer, Argentina 2002, por la obra “Alicia y el espejo”, que fue publicada en el sitio web Letras de Chile.

En el 2003 fue aceptada como artista residente en CAMAC, Centre D’Art Marnay Art Centre, en Marnay-sur-Seine, Francia, con el objetivo de escribir una novela. La residencia se concretaria el 2004. © Claudia Martinez Rayo 2004 Especulo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid El URL de este documento es http://www. ucm. es/info/especulo/numero26/ruptupaz. html