La noche de los lapices
La noche de los lapices gycalibio HOR6pR 17, 2011 | 22 pagos A pesar de la noche, los lápices siguen escribiendo El 16 de septiembre de 1976 diez estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra «el accionar subversivo en las escuelas».
Este hecho es recordado como «La noche de los lápices». LOS ESTUDIANTES SECUNDARIOS Y LA POLITICA ENTRE 1973-1976 El arribo de la democ un proceso creciente miliar que gobernaba irrupción en la vida p PACE 1 ia e nfr m de 1973, luego de tra la dictadura ajo consigo la intos sectores populares que habían experimentado un crecimiento sustancial durante las luchas; entre ellos, los estudiantes secundarios. En el movimiento estudiantil secundario se vivieron experiencias hasta ese momentos inéditas en lo referente a participación política, en tanto ésta es atendida en un sentido partidario más o menos directo.
El diario La Opinión
Según el suplemento citado, «las res fuerzas más importantes son, en este orden, la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), la Federación Juvenil Comunista (FJC) y la Juventud Secundaria Peronista OSP)» La encuesta de La Opinión revelaba también que en 1973 los estudlantes secundarios se inclinaban ante figuras emblemáticas de la izquierda, con la salvedad de Perón, quién asumía, para una porción amplia de los estudiantes, contornos casi revolucionarios.
Pese a todo, quien encabeza la encuesta era el Che Guevara con el 67%, a continuación venía J. D. Perón con 66% y a mayor distancia, Salvador Allende con 19%; Fidel Castro con 19%; Eva Perón 17 % y Mao-Tsé-Tung con 16%. En esta encuesta queda por demás claro que para aquélla generación de estudiantes los referentes revolucionarios y socialistas eran los que ocupaban más espacio en la conciencia estudiantil.
En aquellos años se había alcanzado un nivel de conciencia, acción y participación bastante elevados con lo cual el nivel de cuestionamiento al sistema capitalista era de por demás peligroso para la burguesía y los sectores reaccionarios de nuestro país. Jorge Falcone en Atrapados en libertad, AM 530, La Voz de las Madres, 17 de septiembre de 2011. 2 OF Falcone en Atrapados en libertad, AM 530, La Voz de las Madres, 17 de septiembre de 2011. EL GOLPE DE 1976 En la historia de nuestro país, como en el resto de América latina, los golpes de Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante y del imperialismo.
Pero el golpe de Estado de 1 976 se podría caracterizar no tan solo como el más sangriento vivido en la historia de nuestro país, sino también como el más pro- imperialista, ya que el estado político-económico que dejó la dictadura le sirvió al imperialismo para garantizar su hegemonía en la reglón durante décadas. LOS OBJETIVOS DEL PROCESO Uno de los objetivos más tenazmente buscado por la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983 fue neutralizar a buena parte de la juventud y ganar a una porción para su propio proyecto reaccionario. ara los que no encajaban en sus esquemas se aplicaban distintos métodos «preventivos», desde el asesinato y la desaparición, hasta la más refinadas formas de marginación social y psicológica, pasando, claro esta, por la clásica y tradicional prision. La noche de los lápices (película completa) Ficha técnica Cuando asumieron en 1976 los militares consideraban que en la Argentina había una generacón perdida: la juventud. Esta, por la sofisticada acción de «ideólogos» se había vuelto rebelde y contestataria.
Si bien el gobierno militar a la situación en la que se encontraba la juventud fue tan obstinado como tan obstinado como para suponer que se debía atacar a toda la juventud por igual. La poltica hacia los jóvenes parte de considerar que los que habían pasado por la experiencia del Cordobazo y demás luchas previas a 1973, los que habían vivido con algún grado de participación el proceso de los años 73, 74 y 75, los estudiantes universitarios y los jóvenes obreros, eran n su mayoría irrecuperables y en consecuencia había que combatirlos.
Para ello utilizaron un pretexto tan obvio como falaz: se trataba de subversivos reales o potenciales que pon(an en riesgo al conjunto del cuerpo social. El ser joven pasa a ser un peligro. Al mismo tiempo, y pensando en el largo plazo, se empieza a desarrollar una estrategia que va más allá de la eliminación del «enemigo». Se empieza a poner la mira sobre el relevo. Ahí están los estudiantes secundarios. Al momento del golpe tienen entre 13 y 18 años más de un millón de jóvenes.
EL TERROR EN LAS AULAS Uno de los aspectos más dramáticos de la represión vivida en aquellos años fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo. Pero de los procedimientos utilizados surge claramente que no se trataba de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada en distintas escuelas.
En una entrevista concedida a un grupo de padres, un coronel de Campo de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que hablan estudiado adres, un coronel de Campo de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que habían estudiado «en colegios subversivos para cambiarles las ideas» El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal NO 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años.
El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos califico al suceso como «accionar subversivo en las Escuelas». Este hecho es recordado como «La noche de los lápices». Solo tres de ellos aparecieron un tiempo después. Pablo Díaz, uno de los liberados, declaró en el juicio a las ex juntas: WYO pertenecía a la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de la Plata y con los chicos del colegio fuimos a presentar una nota al Ministerio de Obras Públicas».
Levantaron chicos en algunos colegios que tenían «marcados» y enemigo era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales, por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos. HOY LOS LAPICES SIGUEN ESCRIBIENDO. Hoy los estudiantes secundarios están de a poco recuperando quella tradición de lucha y defensa por los derechos a una educaclón al servicio del pueblo y con mayor presupuesto.
Hoy los secundarios, sector dinámico de nuestra sociedad, tienen un doble desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de s OF nuestra sociedad, tienen un doble desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de nuestro pueblo y la de reorganizarse para enfrentar eL calamitoso estado de nuestra educaclón, ya que ellos son los más perjudicados. Bibliografia consultada: Estudiantes secundarios: Sociedad y política, Berguier, Hechker y Schifrin. Comunicadores Solidarios – Agencia Latina de Información Alternativa, 1 6/09/2005 Datos: vwaw. lia. com. ar, Córdoba, 15 de Septiembre de 2005 [La ilustración pertenece a Ricardo Ajler] Quienes fueron los chicos asesinados La siguiente es la nómina de los chicos asesinados. Los dos más grandes tenían 18 años. DANIEL ALBERTO RACERO «Callbre», 18 años. Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: «Encontré una trinchera para luchar por una causa justa».
Realizó labores de vacunación, recuperación e viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario). Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16/09/76 fue visto en Arana y Pozo de Banfield. 1973, Buenos Aires, march ntes secundarios 6 OF MARIA CLAUDIA FALCONE participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 1 6/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield MARIA CLARA CIOCCHINI 18 años Alumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca.
Debido a los crímenes de la Triple Ay a CNIJ en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribio en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield. FRANCISO LOPEZ MUNTANER «Panchito», 16 años. Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes.
Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y pozo de Banfield. CLAUDIO DE ACHA 17 anos. Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES.
Secuestrado 16/09/76, fue visto en HORACIO UNGARO De familia comunista, en e tradición familiar y se sumó a la UES del Normal or y excelente alumno, del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y pozo de Banfield. Los chicos que sobrevivieron Cuatro de los pibes que, entre el 16 y 17 de septiembre fueron secuestrados, lograron su libertad entre el 78 y el 80, tras estar a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional).
PABLO DIAZ 18 años. Hijo de un docente universitario peronista de derecha, fue expulsado de un colegio católico y recaló en «La Legión» Había militado en la UES pero en 1976 militaba en la Juventud Guevarista. Secuestrado 21109/76. Estuvo en Arana, Pozo de Banfield, Comisar[a 3 de Valent[n Alsina y CJ-9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1980). GUSTAVO CALOTTI «Francés», 18 años. Egresado del Colegio Nacional de La Plata, era cadete policial cuando fue secuestrado 08/09/76. Había militado en la UES pero en el ’76 ya se había desvinculado y estaba más próximo a agrupaciones de izquierda.
Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U-g de La Plata (a disposición del PEN hasta 1979). EMILCE MOLER 17 años. Militante de la UES en la Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado. Secuestrada el 17/09/76. Estuvo en Arana, pozo de Quilmes, Comisaria 3 de Valentin Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78) PATRICIA MIRANDA Estudiante De Bellas Artes, nunca participó de las luchas por el boleto estudlantil ni tuvo militancia política. Secuestrada el 17/09/76, nunca hizo la denuncia.
Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78). Los otros secuestrados La Comisión Provincial de la Memoria registra varios «ensayos» de la Noche de los Lápices: El 1 de septiembre, y tras ser interrogados por el vicerrector del Colegio Nacional de La Plata, Juan Antonio Stormo, fueron ecuestrados a pocas cuadras cuatro alumnos: Eduardo Pintado, Víctor Vicente Marcaciano, Pablo Pastrana (militantes comunistas) y Cristian Krause, sin ningún tipo de militancia.
Pintado logró escapar. El 4 de setiembre fueron secuestrados Víctor Triviño, de «La Legión» (continúa desaparecido), Fernanda María Gutierrez (Liceo Víctor Mercante), Carlos Mercante (Colegio del Pilar ) y Alejandro Desio, Abel Fuks, Graciela Torrado (los tres del Colegio Bellas Artes) y Luis Cáceres (de la Escuela Técnica), los cuatro últimos militantes del GESA (Grupo de Estudiantes Secundarios Antiimperialistas).
El testimonio del sobreviviente Gustavo Calotti «Aquellos días fueron para siempre: han estado los 30 años» Fue secuestrado una semana antes de la «Noche de los Lápices», pero se considera un sobreviviente de esa jornada. Para él, la historia oficial vació de co adera lucha. detenido el 8 de setiembre de 1976, una semana antes de la Noche de los Lápices, pero nunca dudó en definirse como un sobreviviente de esa noche trágica en que fueron secuestrados ocho de sus antiguos compañeros del secundario con quienes compartió, además, meses de tortura y prisión clandestina.
El Francés», como le decían entonces, había participado 1975 en la Coordinadora de Estudiantes Secundarios en representación del Colegio Nacional de la Plata, en uno de cuyos patios un placa evoca a sus 94 alumnos y profesores asesinados o desaparecidos en esos años. «Se construyó una historia con el boleto estudiantil y se hizo de ésta un símbolo que vació el contenido», dice hoy a treinta años de distancia y algo menos de vida en Francia, donde trabaja como maestro. «En ningún interrogatorio se mencionó el boleto. Nos detuvieron por militar en organizaciones populares; lo que queríamos era hacer la revolución», asegura.
En sus vacaciones de este año viajó a Argentina para testimoniar en el juicio al ex jefe de investigaciones Miguel Etchecolatz, reconocer su lugar de detención en el pozo de Quilmes y, como siempre que está en La Plata, visitar a los amigos y recordar a sus compañeros que ya no están, y que son muchos. «Aquellos días fueron para siempre, han estado los treinta años», dijo evocando su cautiverio, que se inició en la jefatura de polic(a platense, donde cumplía tareas administrativas como cadete policlal. «Las grandes manifestaciones por el boleto estudiantil fueron en 75. En ese entonces yo militaba e 22