Escarabajo amarillo (cuentos cortos)
Escarabajo amarillo (cuentos cortos) gy andresgm12 nexa6pp Cui, 2010 4 pagos Escarabajo Amarillo En el verano del ’96, Él, Max y yo pensamos que sería buena idea emprender un viaje al norte. No solo pensamos que era una buena idea sino que era más bien una necesidad, y cuando digo necesidad no me refiero a la sensación de carencia o escasez de lo impredecible para sobrevivir pero tal vez si para vivir, para un buen vivir, salir de la ciudad, despejarse, el aire puro, la gente pura, la carretera pura, la vida pura.
Mi profesora de lenguaje iempre decía: «el mar hay que verlo por lo menos una vez al año para tener una mente sana», a esa necesidad me refiero, la necesidad de tener una mente sana. Tras dras de planificación decidimos ir en un plan de «no plan», pero si con un objetivo la meta ue des ués de no mucho pensar ya que la decl ora el Valle de la Luna. D di Sv. ipe to View Escarabajo 41 1, se tr ba de puertas, con un mot concepto pero de dis lo mos como meta Él, un Volkswagen olor rojo de 2 10 en cuanto a el que
Nosotros no erarnos un grupo de drogadictos ni viciosos, todo lo contrario, éramos un grupo e estudiantes, que después de largas semanas de trabajo para costear nuestras vacaciones nos queríamos dar un lujo, o un lujito como diría Él. Bueno, en realidad puede ser que Él sí haya sido un poco drogadicto y vicioso… pero yo soy de los que piensan que uno puede ser varias cosas antónimas a la vez. Como por ejemplo profesional e incompetente o drogadicto y equilibrado.
Puede sonar algo raro, pero mientras menos uno lo piensa, mas sentido hace. Y ahi es donde el prejuicio juega un rol vital, o mas bien mortal, digo mortal porque el prejuicio cierra muchas uertas y nos va aislando hasta quedar reducido en una burbuja de puros mismos, y cuando uno se encuentra en este tipo de burbuja ya no piensa cosas por si mismo porque para eso están los otros mismos, y así el cerebro se atrofia, lo que muchas veces puede causar muerte racional.
Y esto lo digo por Él, no lo de la muerte racional sino que lo de los pre juiciosos que lo prejuician, no es una persona fácil de conocer, sino más bien, Él es como la cerveza, un gusto totalmente adquirido. Volviendo al viaje, Max trajo una caja llena de casetes y todo el camino de ida fuimos scuchando de buena música y viaje, Max trajo una caja llena de casetes y todo el camino de ida fuimos escuchando de buena música y disfrutando del paisaje y de la vida.
El tiempo en que estuvimos en ese espacio fue toda una aventura que no viene a este cuento, pero lo que si viene al cuento fue el camino devuelta. No sé si el lenguaje podría alguna vez describir la sensación de lo que es ver salir detrás del horizonte un tipo de energía redonda y naranja en forma de luna llena cuando estás sentado en el techo de un escarabajo amarillo n la montaña más alta del Valle con la gente precisa, escuchando el silencio y disfrutando de las provisiones. De un momento a otro y a pesar de que todos lo sent(amos, Max fue el primero en articularlo verbalmente: «nos vamos! . Se subió en los asientos de atrás, Él al volante y yo de copiloto, y como buen copiloto, me encerré en mis pensamientos y comencé a divagar mientras dormitaba. Al llegar a la carretera siendo las 3 am de la mañana me di cuenta de que estábamos todos en la misma sintonía. Tras miles de horas de oscuridad, carretera, luna, pensamientos, ilencios, comentarios, sensaciones etc…. comencé a vislumbrar dos lunas muy brillantes y las dos en el mismo horizonte, alineadas perfectamente, estas lunas se hacían cada vez más grandes y más brillantes.
En un principio creí que eran solo mis lunas, pero luego me pregunté si los demás también las veían. Las lunas empezaban a parpadear como advirtiendo algo y cada 3Lvf4 los demás también las veían. Las lunas empezaban a parpadear como advirtiendo algo y cada vez crecían más y parpadeaban más rápido como si el peligro estuviese cada vez mas cerca, estas unas ahora estaban acompañadas de un desagradable sonido y me empecé a asustar, me preguntaba si mis compañeros también se figuraban en el mismo escenario que yo, pero el miedo no me dejaba modular palabra alguna, ya estaba aterrorizado!
Cuando abrí mis ojos noté que las luces no eran exactamente lunas paralelas sino que las luces de un enorme camión que venía de frente hacia nosotros y ese sonido era el camionero que nos advertía con aquel milagroso instrumento que íbamos por la pista contraria y que nos hiciéramos a un lado. Al mlrar al lado, Él estaba totalmente dormido al igual que Max.
Yo hacía lo imposible para despertarlo para que tomara control del vehículo y no matarnos contra el enorme camión que ya venía a menos de veinte metros, le gritaba, lo agitaba, pero todo intento totalmente fallido, el tratar de despertar a Él, fue totalmente en vano. Finalmente cuando ya vera mi muerte a menos de diez metros, donde estas lunas asesinas venían a quitarnos la vida con previo aviso, me di cuenta de algo que nos salvo la vida, a segundos de nuestra muerte, advertí de que Él que estaba completamente dormido en el asiento de al lado, no era el piloto…