El triunfo del coloso y los tratados de paz

BIBLIOTECA DEL NIO MEXICANO RJUNFU BELCOLOSQ sp Lou s’ I MAUCCI H O MEXICO SIBLIOTECA DEL NIRO MEXICANO ULTIMA SERIE EPOCA MODERNA EL TRIUNFO DEL GOLOSO LiDS TRALTAF EPAZ POEt HERIBERTO FRIAS or7 to View nut*ge MEXICO Maueci Uermauos. —Prime r& del Rein, 1 1900 prop [edad exciusiva de los seiores Maucci Hermanos. El triunfo del coloso , Triunfaron las colosales atmasde la Fnerza, arma. s quesgriwió la AnibiclOn contra el débiL. otas En Nano los=ates lucharon hasta morir en LoSs de Charubusco y Chapuesangrientos late, cubriendo de gloria a tantos héroesCJ. e jTodo enTvano!… 1 El dios de Jos Ejércitos qniso probar et temple de lo q. penas veian grupos aisladoS de buenosmexicafloS!… IY vino lasiniestrà ta tastrofel victorias alcanzadas, provistos de todos Los ele- 5 • mentas de guerra y de una numerosa artilleria de sitlo, avanzó sobre la capital. Ea vano el general D. Antonio Lopez de Santa-Aria, reconoctendo Sn error, y ahogando en su pecbo las iiialas pasiones que to animaban y que eran la causa principal de tantos desastres, CR vano ese hombre ambicioso y funesto pretendid defender la plaza de Mexico, el soldado mexicano estaba desmoralizado, sus niayorcsy más valienLês jefes hahian muerto 6 se

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encontraban prisioneros 6 heridos… a confianza e habia perdido… y la defensa era imposible… Para coirwo de males ci enemigo invasor y vie— torioso ibA a holiar el suelo de la Capital en una fecha glonosa; si, arniguiLos mios, corno si la fa4alidad asi to hubiese dispuesto para que nuestra humillación fuera mais grande y la pérdida mis sensible el dia 15 de Septiernbre, en esa fecha tan gioriOsa para Mexico, el ejército norte-americane entntba triurifante en la Capital y al dia siguiente el pabellón de las estreilas ondeaba en el antigue palaclo nacional, en lugar de nuestra veneranda enseña de las tres garantias… e nuestra querida bandera ti-icolor.. La defensa de las garitas fué activi;ima, valiente, no parecia sino pie el general Saata-Ar. a pretandia borrar con ella el baldón pie en toda la di El 7 atSr. Licenciado D. Manuel de La peña y peña, que era el Presidente de la Suprema Corte de Justicia; retirándose at extranj crO. Ocupada La Capital por las fuerzas invasoras, ci gobierno Mexicano, fatto de toda clase de elementos pan seguir resistiendo, se retiro a Queréro.

Al verificarse estos ácontecimientos, el Pals, aunque sin dirección fija y careciendo de toda clase de organizac. ión, siguió combatiendo por si mismo coRtra los enemigos. En distintos lugares y puntos de La Repáblica se dieron sangrientos combates en los que muchas ve ‘ es fueron derrotadas las fuerzas forteamericanas. Pero at fin siendo ya imposibie la resisteaqia, se reunió en la histérica y legendaria ciudad de Querétaro un Cungrero que debia decidirde los destinoà del Pals. B Este-Congreso nombró Presidente inLeriho de t Repnblica at general D.

Pedro Maria Anaya, patriota inmacutado que, como un heroe; se habia hatido encuestros contra los 31_1f,• invasores, segun os to he r is anteriores narraciones que Mexico se negó a reconocer la independencia le Texas, «fltte ntegrante de su territorio, y su agregación, sn’ealidad de Estado de la Federación None arnentana; pues bien, ahora usando del brutal dre- cho de La fuerza, viéndonos vencidos, fattos de toda clasede eiementos,desmoralizaddeL Pals pot’ las discordias intestinas y por los odios tradiclonales de partido, pretendla el vencedor el reconociniiento de La independencia de Texas y su 3gregaciOn a los Estados Unidos y La onida por nrte de México,además de esa inmensa extension de nuestro territorio de La alta California, Arizona y Nuevo Mexica, es decir, más de den mil leo guas cuadradas, mas de La mltad de La Republica, ándonos en carnbio una indemnización de quince millones de pesos y comprometiendose el Gobierno de los Estados Unidos a resguardar nuestra frontera forte, de Las inculsiones de Los bárharos que él habia fomentado hasLa enionces pant tener un pretexto más contra nosotrospara deolararnos una guerra injusta expoliadora.

Pith tan grande La indignación que entre los mionikos del Congreso reunido en la ciudad de 10 Querétaro se despertó en vista di tales proposiciones y de tarnañas exigencias, gue muchoslde ellos opinaron porque debiamos reenazarlas y contin nar La guerra. Apoyaron uerternente esta opinion pronunciándo en pro de ella vehemeátisimos discursos, impregnados de subliniidad y de amor patrio, los diputados Ponciano Arriaga, que más tarde dabia figarar dignarnente en el Congreso Constituyente, D. Manuel Doblado c D. Jase’ Maria Cuevas, que casi exánirne se hizo conducir de s’i lecho a la tribuna, para tornar, parte en Los deb Cuevas, que casi exánirne se hizo conducir de s’i lecho a la tribuna, para tornar, parte en Los debates, pronunciando elocuentisirnos discursos que honrarán eternarnente su meinona y to presentan corno patriota inmortal…

Fguraron en el partldo e La paz los señores Pedraza, Lacunza, Latragua, Pa y rio y otros queá los vehementes arraiques del partido contrarlo oponian el cuadro tristisirno, desgarrador de La nación, falta por corn pleto de recursos para continuar la lucha contra el coloso norte- arnericassu, contra esa República formidable, ilena de tod6s considerablemente la pane Sur de aquelta República la causa directa de la lamosa guerra separatista que se verificó en esa naclOn en los años de 1861 a 1865 y que les costó torrentes de san— grey pérdidas inmensas… Al llegar ii este ptinto de la historia de nuestra patria, que me he propuesto referiros eacillatpente en estas desafinadas narraciones, la pluma se cae de las manos resistiendose a trazar cuadros tan dolorosos, situaciOn tan angustiosa y triste ci corazón destila amargura hondamente herido en la, afeccidn mas sarosanta el amor patrio.

Conviene detenernos un momento para pie saquéis de eztas narraciones el provecho que yo deseo, echando una ojeada retrospectiva pain que veáis eon entera claridad las causas pie infbyerun de una manera Lerminante para que Mexico llegase al triste estado en que se encontró ci año ftinesto de 1848. Cuando el 27 tle Septiembre de 1821 después de once años e encarriizada y sangrienta lucha, logró Mexico, gracias a los esfuerzos de sus hijos consuniar su ndependencia y sacudir por cornpleto el yugo que durante trescientos años habia 14 pesado tiránico sobre nosotros, una crasa ignorancia déminaba en. toda la extension del Pals debido ti ij,l t. j-l note de la guerra civil. Ya habéis visto que nuestra historia,á partir. e la consumación de la independeitcia, hasta ilegar4 1 a tpoca• en que nos enc’bntramos, no es sine una cadena no interrumpida de pron-unciamientos, guerras intestlrias, queno reconocen otra causa que Ins odios de partido surnarnente arraigados y el deseo de los. rincipales jefes de apoderarse del mando supremo. .Este periodo está perfectamente caracterizado, personificado por ci general D. Antonio Lopez de Santa. Ana. La nación Sc debilitó muchisirno con Las constantes guerras, no pudo desarrollar sus grandes elementos de’riqueza por La falta cit orden y de un gbbierno estable, y en estas circunstancias tan criticas ydificiles se encontró frente a frente dc una naciOn l’uerte, rica y que con cualquier pretexto ambicionaba y habla resuelto despojarla de parte de sit territorio. nil . esultado no se hizo esperar, y courlo habéls ru la prirnera oportunidad y violando las as radimentarios irincipios del derecho inter— 1 6 national, de la equidad y deja justicia, estalló guerra fatal.. Los prodigios de heroismo, abnegacién y valor fueron inétiles, infnictuosos… Ya conocéls el epilogo tristisimo de ii invasion norteeamericana, la humillaciOn de Mexico y perdida de la mitad del territorio… Y como si estiiviéramos obeecados, ciegos; co— too si nuestros ojos estuvieran cubie. ‘tos por una venda fatal, tan triste ejetnplo no produjo resuttado alguno y largos dins de luto esperaban a la patria… Barce10fla. — Imp. de la Casa EditorisUMaucci