EL LOBO ESTEPARIO
EL LOBO ESTEPARIO gy uieIag15 1 $eopa,1R 10, 2016 2 pagcs TRATADO DEL LOBO ESTEPARIO NO PARA CUALQUIERA Hermann Hesse Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: estar satisfecho de sí mismo de su vida. Eso no pudo conseguirlo. Acaso ra ello proviniera de qu n Sv. çx to View saber) en todo momento que no era la estepa. Que ón sabía (o creía no, sino un lobo de discutan los inteligentes acerca de si era en realidad un lobo, si en alguna ocasión, acaso antes de su nacimiento ya, había sido convertido por arte de encantamiento de lobo en hombre, o si habla nacido desde luego hombre, pero dotado del alma de un lobo estepario y poseído y dominado por ella, o por último, si esta creencia de ser un lobo no era más que un producto de su imaginación o de un stado Swlpe to vlew
No dejaría de ser posible, por ejemplo, que este hombre, en su niñez, hubiera sido acaso fiero e indómito y desordenado, que sus educadores hubiesen tratado de matar en él a la bestia y precisamente por eso hubieran hecho arraigar en su imaginación la idea de que, en efecto, era realmente una bestia, cubierta sólo de una tenue funda de educación y sentido humano.
Mucho e interesante podría decirse de esto y hasta escribir libros sobre el particular; pero con ello no se prestaría emcio alguno al lobo estepario, pues para él era completamente indiferente que el lobo se hubiera introducido en su persona por arte de magia o a fuerza de golpes, o que se tratará solo de una fantasía de su espíritu.
Lo que los demás pudieran pensar de todo esto, y hasta lo que él mismo de ello pensara, no tenía valor para el propio interesado, no conseguiría de ningún modo ahuyentar al lobo de su persona. El lobo estepario tenía, por consiguiente, dos naturalezas: una humana y otra lobuna; ése era su sino. FIN DE LA PRESENTACIÓN