El autismo
El autismo gy andrearios22 1 110R5pR 17, 2011 24 pagcs Autismo, subjetividad e intervención psicoanalítica Esperanza Pérez de Plá GEORGEL MOCTEZUMA y GABRIELA MARTÍNEZ [EDS. ], (2009) Autismo, subjetividad e intervención psicoanalítica México: Universidad Intercontinental, 210 pp. ce más de un año redacté el prólogo de este libro, después de haber leído con sumo interés sus diferentes capítulos; entonces, deseaba conocer personalmente a algunos de los autores, formularles preguntas, polemizar un poco en este cam a aún tan misterioso, el del to next*ge autismo y de las pato PACE 1 oru retendo retomar el nci, Sin duda, la publicaci en M relevante para quien investigación de la ps ncia. Ahora, hace tiempo. es un hecho muy tamiento y la a infancia, así como también lo fue, en 1989, la fundación de un Centro de Autismo en la Universidad Intercontinental (uic).
Ya en ese entonces, Gabriela Martínez Iturribarría fung[a como directora fundadora, persona central para el proyecto y un motor en la construcción y sostenimiento de la institución; ahora, en el libro, aporta ESPERANZA PÉREZ DE PLA. Miembro fundador y primera presidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio del Retarrlo la Psicosis Infantil (AMERDI). Mienibro;fiindadór y coordinadora general del Espacio de
Revista Intercontinental de Psicologia y Educación | 1 3 5 una versión de su historia y del contexto en que ha funcionado el Centro de Autismo y de cuáles han sido las personas e influencias teóricas que ha recibido y adoptado. Más adelante, me referiré a este aspecto. El texto propone un original método terapéutico on los niños que presentan una condición autista; en él, no sólo se exponen fundamentos teóricos, sino que hay ocasión de relatar algunas de las experiencias clinicas y de investigación que surgieron durante los veinte años de vida y de trabajo en el centro. ?sa es la parte medular, la más extensa, compleja y plena de esa riqueza que proviene de una integración teórico- clínica bien lograda y efectiva para el desarrollo de la práctica. De esta parte, bablan los coautores: Georgel Moctezuma —en aquel entonces, coordinador del Centro de Autismo— y, además de Gabriela Martínez, un grupo de colaboradores que imagino en su ayoría jóvenes y entusiastas —porque así deben ser quienes trabajan con niños autistas y, si han envejecido sosteniéndose e insistiendo en esta labor tan dura, ello se debe a alguna forma de juventud y mucho entusiasmo aún presente—.
Se trata, entonces, de un libro colectivo en el que conviven diferentes estilos y niveles conceptuales. Tal vez jugando un poco a la «práctica entre varios», su construcción no deja de aludir a la complejidad del problema abordado.
Recomiendo que, de preferencia, se lea como un texto coral en el cual las diversas voces no impiden mantener un hilo conductor, a 2 OF ea como un texto coral en el cual las diversas voces no impiden mantener un hilo conductor, a pesar de lo sinuoso del recorrido, pues va tejiendo, adquiriendo forma y desplegando, a partir de sus dos madejas de origen, ambas muy abultadas y complejas: la clínica, fuente interminable de cuestionamientos e ideas, y la teoría, que aborda de manera extensa y detallada los fundamentos de la práctica en el centro.
Tomado del texto de Jeanne Simons —fundadora del método Linwood, que han implementado en el centro—, el nombre mismo con que fue bautizada la institución, «El niño oculto», es muy significativo y bre puertas a la comprensión de estos problemas; nos remite a tomar al niño como es, a no forzarlo para que sea como la sociedad quiere y a Insistir en que es posible hacer brotar sus posibilidades escondidas.
Es un aspecto fundamental en el que coincido con los autores de la obra, ya que me condujo a recordar mucbos momentos en que la vivencia y reconocimiento 136 1 Revista Intercontinental de Psicologia y Educación enero-junio 2011 Esperanza pérez de plá de ese ocultamiento se volvieron centrales para mí, tanto para transmitir mis ideas como para acercarme e intervenir con los pacientes.
He subrayado de modo repetido que uno de los elementos esenciales de nuestra tarea con, niños y jóvenes autistas, psicóticos o con déficit intelectual es reconocer y luchar con el obstáculo que entrañan las reacciones suscitadas. Todos ellos, aun cuando los separemos en grupos distintos, para la sociedad son parte del amplio grupo de los dlscapacitados y pocos son los que consiguen en realidad dejar de serlo. Con frecuencia, he invi discapacitados y pocos son los que consiguen en realidad dejar de serlo.
Con frecuencia, he invitado a descubrir al «ser humano que encubre la discapacidad» porque es fácil olvidarlo, ignorarlo, enospreciarlo; porque estos pacientes nos hieren con su debilidad, lastiman nuestro narcisismo con sus limitaciones y su escasa respuesta a nuestros esfuerzos. por eso aludo a la existencia de obstáculos evidentes y, en muchas ocasiones, enormes cuando trabajamos con estas personas. Quizá por eso no somos muchos quienes lo sostenemos largo tiempo; y éste es un mérito más de los autores de este texto: su persistencia y compromiso a lo largo de casi dos decenios.
Se suman otras dificultades. Quien trabaja con autistas sabe que transita en un campo erizado de polémicas y malos entendidos, que la ncertidumbre todavía nos acompaña, que sólo disponemos de conocimientos fragmentarios sobre esta problemática y que, por eso mismo, los logros suelen ser parciales y no pocas veces francamente insatisfactorios. Por esa razón, sería válido pensar que la modestia podr[a ser una reacción lógica y el respeto por las disidencias, una regla.
Así lo creía cuando me acerqué a esos niños, pero rápidamente comprendí que acostumbra ocurrir lo contrario: la deseable sensatez se ausenta y las promesas de nuevas técnicas manejadas como panaceas invaden el medio. Para nuestro pesar, es habitual ver cómo, sin escrúpulo alguno, e sustituyen las propias dudas e impotencias ante las situaciones clínicas graves por la devaluación y la crítica de los «opositores», aunque no haya algo que ofrecerse a cambio. Por fortuna, no es ésa la postura de este libro, puesto que haya algo que ofrecerse a cambio.
Por fortuna, no es ésa la postura de este libro, puesto que maneja con sensatezy en forma reflexiva la información llegada desde diversas fuentes Sln enfrascarse en polémicas excesivas. por ello, me agradó tanto hallar en el libro la frase: «Una pregunta que ha surgido de manera insisten- Revista Intercontinental de Psicologia y Educación | 137 Autismo, subjetividad e intervención psicoanalitica te es si dicha negativa [de salir de su trinchera] obedece a una defensa subjetiva o a un déficit orgánico».
Saben que no es su función dar la respuesta, pero señalan que «de manera frecuente se fuerzan explicaciones, teorías y tratamientos conforme se desconoce el papel relevante que lo ps[quico y lo subjetivo juegan en la etiología y curso de los llamados trastornos autistas». Los autores exponen la evolución de las ideas en el centro y las razones y modo en que fue seleccionándose el camino que más les interesaba; se extienden en la explicación del marco teórico sicoanalítico y del modelo terapéutico de la «práctica entre varios».
Relatan, además, sin disfraces y sin falsas promesas de milagrosas mejorías, lo tortuoso que resulta el sendero a recorrer con los pacientes que padecen una condición autista, así como la dificultad para alcanzar cada progreso en su desarrollo. Por esta búsqueda que describe y por la investigación clínica que refleja, me parece altamente elogiable la postura general del conjunto del libro en lo que respecta al conocimiento e intervención sobre el autismo.
La importancia de la apanción de este texto se funda en dos razones: 1) porque muestra la s OF autismo. La importancia de la aparición de este texto se funda en dos razones: 1) porque muestra la existencia de un centro donde se recibe y se intenta ayudar a los niños autistas, asumiendo en forma abierta una postura dirigida a rescatar la subjetividad, a mostrar la posibilidad de un sujeto en cada uno de ellos, y 2) porque creen y afirman que el camino más idóneo para hacerlo incluye, en un lugar central, la intervención psicoanalítica.
Y lo hacen desde la portada, desde el título. Sostener estos dos aspectos —con los que coincido plenamente y que realizo en mis propios espacios en EDIIT y AMERPi— como verdaderos principios e su acción implica osadía y animarse a ir contracorriente. Considero que insistir en que el psicoanálisis tiene mucho que decir en este campo, demostrar que ello se sustenta en una práctica eficaz y ponerlo a prueba con cada uno de nuestros niños, es muy necesario y difícil.
A cada instante, debemos recibir andanadas de descrédito, y es indispensable no olvidar que seguimos abriendo brecha para no ser aplastados por la gran ola tan constante entre los médicos, que se extiende a los medios de comunicación, que quiere interpretar todo cuadro infantil temprano como orgánico y de preferencia genético, medicarlo, ometerlo a un trabajo 138 1 Revista Intercontinental de Psicología y Educación Esperanza Pérez de Pia puramente pedagógico, olvidando el inmenso problema de estructuración subjetiva que involucra siempre el acercamiento a estos pacientes. Eso tiene histona. Y de eso nos habla también esta obra.
Por tanto, regresemos a la historia del proyecto y a la descripción del c 6 OF habla también esta obra. Por tanto, regresemos a la historia del proyecto y a la descripción del contexto en que se desarrolló en el medio mexicano, tal como es relatada en los dos primero capítulos del libro, historia de la que guardo, en ciertos penados, is propios recuerdos. La descripción de cómo fue gestándose el enfoque actual, cómo fueron seleccionándose las posturas más afines al pensamiento de los coordinadores a partir del conjunto de posibilidades y ofertas terapéuticas existentes resulta muy interesante.
En 1989, la fundación del Centro de Autismo de la Utc generó muchas expectativas en nuestro medio, las cuales yo misma compartía y que me acercaron al centro en esa época. Eue apoyado para su fundación por Japón y se implemento en el inlcio el modelo «aceptación-comunicación’ , desarrollado por el doctor Ishi, quien, a su vez, se había inspirado en el trabajo de la octora Jeanne Simons, contemporánea de Kannery pionera en este campo. Ella fue la creadora del método Linwood que, para el grupo del centro, abrió una perspectiva con vigencia todavía.
Ambos métodos, el del doctor Isbi y el de Jeanne Simons, poseen aspectos en común; sin embargo, también existen entre ellos apreciables diferencias, tal como lo describen los autores. Ambos son de corte humanista y basan su trabajo en la aceptación del niño y en el respeto de sus necesidades e intentan desarrollar un ambiente de confianza que promueva el desarrollo interior del niño y fomente el vínculo con los otros. Cuando conocimos discutimos personalmente estas ideas con el doctor Ishi, no pudimos sino compartir dichas metas y . ste modo de acercamiento comprometi doctor Ishi, no pudimos sino compartir dichas metas y . este modo de acercamiento comprometido y respetuoso, básico para cualquier tratamiento de pacientes tan graves e indefensos; pero, asimismo, sentimos una gran distancia en lo referente a la manera de concebir cuáles son las fallas del psiquismo que se manifiestan clínicamente como cuadro autista e incluso en la descripción de determinados cuadros clínicos.
La consecuencia fue una divergencia inevitable, porque tal forma de concebir la lteración existente a nivel ps[quico y sus orígenes se expresaba en el modo de intervenir, en el proceso terapéutico en su conjunto. A esta altura, me pregunto Revista Intercontinental de Psicología y Educación | 139 si no había factores culturales en esa discrepancia e incomunicación y opino que nuestra lectura psicoanalitica de muchos aspectos clínicos resultaba intolerable para el doctor Ishi. Decidimos que allí no habla mucho que hacer y proseguimos nuestro propio camino al que luego me referiré.
Leyendo esta obra, pude comprender cómo continuaron dándose gradualmente los cambios de enfoque en el Centro de Autismo e la ulC en los años siguientes, cómo se efectuó el pasaje a una mayor proximidad con el método Linwood, que aporta conceptos elementales para trabajar con estos padecimientos: considerar al niño como un todo y no suprimir los síntomas de manera aislada, eritender su sentido, que propone no invadirlo con nuestras expectativas y que considera en un lugar central la interacción de él con sus padres. Me asaltó la idea de que quizás nos hubieramos enten central la interacción de él con sus padres.
Me asaltó la idea de que quizás nos hubiéramos entendido mucho mejor con Jeanne Simons o alguno de sus colaboradores, pero no hay archa atrás. Tenemos un presente y un nuevo cambio relativamente reciente que consistió en la adopción del marco teórico psicoanalítico lacaniano en el Centro de Autismo, lo cual trae, además, como consecuencia, la modificación de la llamada «práctica entre varios». Como se observa, tal orientación teórica continúa ocupando un lugar central hasta la actualidad; así lo muestra desde su titulo el libro que pusieron en nuestras manos.
Opino que esa transformación refleja la necesidad de responder a una serie de inquietantes preguntas respecto de los profundos resortes que impulsan los camblos de esos niños de lo que en conjunto se considera el eje de su padecimiento y la posibilidad de su mejoría; en otros términos, de aquello que marca el camino de nuestra posible intervención. Y relato esto con beneplácito, pues siento que nuestra proximidad inicial con el Centro de Autismo —que será siempre el apasionado interés y la dedicación por la problemática autista— se renueva. Todo lo que no pudimos intercambiar con nuestro colega japonés se revierte.
La posibilidad de discutir con un léxico compartido renace para comprender las coincidencias y hacer de diferencias y discrepancias motivos de diálogo y aprendizaje y no océanos e incomunicación. Aclaran los autores que eso no involucra el abandono de los principios aportados por los modelos de trabajo iniciales antes citados, sino que se considera posible su 140 1 Revista Intercontinental de Psicologia y Educaci citados, sino que se considera posible su 140 1 Revista Intercontinental de Psicologia y Educación convergencia para profundizar y favorecer el proceso terapéutico.
He ahí lo original y particularmente atractivo de lo que viene haciéndose en el centro y de este texto que es su fruto, un trabajo de conjunción de épocas y de enfoques. Sin duda, la volución del proyecto «El niño oculto’ y el actual planteo de un marco teórico psicoanalítico y del modelo terapéutico de la «práctica entre varios» resulta original y creativo; contrasta con las características y propuestas de las otras instituciones, tanto públicas como privadas que aparecen enumeradas y descritas en el libro como representativas del tratamiento del autismo en México.
En ellas, predominan los enfoques educativos especiales, los programas conductuales, de integración sensorial, el análisis conductual aplicado, el tratamiento nutricional y los métodos psicoterapéuticos de diversa orientación que, en general, ntentan favorecer la adaptación del niño a su entorno familiar y social.
Y debemos tener cuidado, pues si sólo consideramos los enunciados globales de sus propuestas, todas parecerían coincidir porque hablan de «promover el desarrollo de los niños autistas en distintas áreas que están afectadas por el padecimiento: comunicación, verbalizacion, niotricidad, socializacion»; no obstante, sabemos que hay importantes diferencias en el trabajo realizado, puesto que los aspectos teóricos que fundamentan la práctica son, incluso, divergentes. He insistido en destacar que tal orientación conceptual es capital y determina