Dalí desde un enfoque psicologico

Dalí desde un enfoque psicologico gyarwanks 110R5pR 16, 2011 15 pagcs MERCADO CISNEROS LAURA DANIELA TRANSTORNOS DEL APREN DIZAJE 505 PSICOLOGIA ANALISIS DE SALVADOR DALÍ DESDE UN PUNTO PSICOLOGICO Si empezamos hablar sobre la biografía de Dalí y las consecuencias que lleva su historia de vida en su peculiar personalidad se empezaran a mencionar el grado de importancia que sus padres le tenían, ya que nace a los diez días después de la muerte de su hermano también llamado Salvador, esto contribuyo a que los deseos que tenían los padres hacia el primer hijo muerto se sublimaran en el artista Salvador Dalí, haciendo ue Dalí se esforzara or ser cada vez más or ser autentico para to View nut*ge Swipe to page poder dlferenciarlo d PACE 1 oris este deseó de autent dad _ caracterizaba a Dali Otros aspectos que d de Dalí es como el m uchos atribuyen e ntricidad que ntes en la historia uesto que su propia persecución serra incesante y los objetivos a cumplir con sus padres no se habrían de alcanzar nunca, y en cualquier parte de su historia nunca tuvo equilibrio y paz, decidió ser excesivo en todo, como en interpretar numerosos personajes y sublimar

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su angustia en una suma de delirios humorísticos y hostiles.

Se definió a sí mismo como «perverso polimorfo, rezagado y anarquizante», «blando, débil y repulsivo», aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el j juego favorito de su primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución frágil y nerviosa. Es de suma importancia desarrollar este texto a partir de escritos autobiográficos de Dalí (con su auto-interpretación psicoanalltico), para así poder explicar el sutil trasfondo que podría revelar un rastorno como el trastorno de asperger. «Era yo, en aquel tiempo, sumamente t[mido, y la menor atención me hacía ruborizar hasta las orejas; pasaba el tiempo ocultándome y permanec(a solitario» (1942, Vida secreta p. 6) En la siguiente cita podemos constatar que se veía temeroso y torpe para las relaciones con los demás niños, pues quiere permanecer cubierto de las incomodidades que le puede resultar el no poder convivir con los demás «En torno de mi solitario silencio, los otros niños se agitaban, poseídos por un frenesí de constante turbulencia. Gritaban, ugaban, peleaban, lloraban, reían, precipitándose con toda la oscura avidez de su ser a arrancar trozos de carne viva con sus dientes y uñas, manifestando esta común y ancestral demencia que dormita en todo ejemplar biológico sano y que es el alimento apropiado al desarrollo animal y práctico del ‘principio de acclón’. iCuan lejos estaba yo de este ‘principio práctico de acción’! iEn el otro polo, en realidad!

Seguía más bien la dirección opuesta: cada día sabía menos cómo hacer las cosas [… ] ni siquiera conseguía quitarme solo mi blusa de marinero que 2 OF sabía menos cómo hacer las cosas [… ni siquiera conseguía quitarme solo mi blusa de marinero que se deslizaba por la cabeza, pues unos experimentos en este ejercicio me habían convencido del peligro de monr sofocado» (Vida secreta, p. 42) Resulta enternecedor contemplar a este Dalí niño, para quien el solo hecho de enfrentarse a la convivencia para el se convierte en un peligro de muerte, lo que observamos con Dalí en estos párrafos , pues no es capaz de relacionarse , su temor es tal que le impide disfrutar de la frescura y vitalidad con la que los niños Juegan.

Incluso con la masturbación (tema en el que llegaría a ser un xperto) ve a los demás mucho más «potentes» que él mismo: » estaba absolutamente retrasado en la cuestión del ‘placer solitario’, que mis amigos practicaban como hábito regular Me habría muerto de vergüenza antes que preguntar cómo se hacía ‘aquello’, ni de referirme al asunto indirectamente, pues temía que descubriesen que no lo sab[a todo y que no lo habra hecho nunca» Respecto a las relaciones sexuales también existía un sentimiento de pequeñez y de defecto: «Me representaba este acto como terriblemente violento y desproporcionado a mi vigor físico: ‘aquello no es para mr » (Vida secreta, p. 59) Para contrarrestar sus sentimientos de inferioridad empezó a cultivar su auto-imagen de extravagante: es decir, empezó a estar muy pendiente de la imagen que daba a los demás. pienso que el narcisista no se mira al espejo enamorado de sí mismo sino que lo hace para ,pienso que el narcisista no se mira al espejo enamorado de si mismo sino que lo hace para controlar la imagen que le interesa dar a los demás. En este mismo sentido, en el cuadro La metamorfosis de Narciso, Dalí pintó un Narciso avergonzado de sí mismo, mirándose en el agua, pero con la cabeza agachada y u cara escondida (como en tantos y tantos otros cuadros en que aparecen estas imágenes de la vergüenza). Interesantemente, el doble, la imagen especular del Narciso de Dalí, está formada por una mano putrefacta que probablemente simboliza la masturbación.

Su miedo a salir a la calle y a sonrojarse le impulsa a aislarse en el terrado disfrazado de rey: «iQué palpitante maga, poder escapar del comedor paternal y lanzarse locamente escalera arriba hasta el terrado de la casa y, llegado allí, cerrar la puerta tras de mi y sentirme invulnerable y protegido en el refugio total de mi soledad! En cuanto había lcanzado el terrado volvía a sentirme único; la vista panorámica de la ciudad de Figueres, tendida a mis pies, servía del modo más propicio para estimular el orgullo y la ambición sin límites de mi imaginación reinante [… ] Podía ver también, saliendo del Colegio de las Hermanas Francesas, esas mismas niñas que provocaban en mí sentimientos de vergüenza cuando pasaba junto a ellas en la calle, y que entonces no me intimidaban… » (Vida secreta, 78-79) » . i deseo de subir al terrado se hizo tan intenso, que antes de terminar las comidas, incapaz de permanecer más tiempo en mi sitio, tenía que ir cor 40F ue antes de terminar las comidas, incapaz de permanecer más tiempo en mi sitio, tenía que ir corriendo varias veces a encerrarme al retrete con el pretexto de que me dolía la barriga. Mi único objeto al hacerlo era estar solo unos momentos, lo que aliviaba la tortura de tener que aguardar a que terminara la comida para que se me permitiese precipitarme escalera arriba para ir a encerrarme en el lavadero(Vida secreta, 81) ¿Qué sucedía en el «comedor paternal»? Dalí enfatiza su impulso a huir, aparece como un deseo sublime de vivir en las alturas, pero ¿de qué está huyendo?

Encerrarse en el retrete es descrito omo una manera de que pase el tiempo rápido antes de subir al terrado, pero ¿no habría algo en la atmósfera de aquellas comidas que le resultaba Irrespirable y le impulsaba a hulr? En la adolescencia, ya existe en él el convencimiento de que será un genio. En su diario escribe que después de finalizar sus estudios en Madrid, ganará una beca para estudiar cuatro años en Roma, y Un futuro lleno de grandeza era un antídoto a las aplastantes sensaciones de pequeñez y de vergüenza. «En tornant de Roma seré un geni i el mon m’admirarà. Potser seré menyspreat incomprês, perb seré un geni, un gran geni, erqué n’estic cert» (p85, Un diari) (Al volver de Roma seré un genio y el mundo me admirará.

Quizá seré menospreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, estoy seguro de ello) DALÍ Y FREUD Cuando Dalí empezó a leer a Freud a los 19 años se le abrió un mundo de esperanzas: Freud no s OF FREUD mundo de esperanzas: Freud no sólo escribía sobre la sexualidad infantil (sólo mencionar la sexualidad infantil era romper un fuerte tabú en los inicios del siglo XX), sino que consideraba que la sexualidad infantil se presentaba universalmente (Dalí no era por anto el único), y además tenía una cualidad perverso polimorfa con componentes orales, anales, fálicos, incestuosos etc. (por tanto Dalí podía ver sus «perversiones» como un componente normal de la sexualidad infantil). Para Dalí las teorías de Freud fueron un consuelo enorme. Y también una gran esperanza: Freud tenía el convencimiento de que el sufrimiento humano era el resultado de conflictos con nuestros deseos sexuales infantiles inconscientes, y por tanto Dalí, como tantos y tantos psicoanalistas y pacientes durante la mayor parte del siglo XX, albergó la esperanza de que cuanto más conciente fuera de sus mpulsos sexuales polimorfos en mejores condiciones estaría de aliviar su sufrimiento.

A mí me llama mucho la atención que en los escritos de Dalí, habla siempre con admiración de Freud, y esto en el grandioso y despectivo Dalí resulta algo muy poco frecuente. A menudo Dalí (he podido constatarlo en un par de videos de entrevistas televisivas) se apoyaba en supuestas (falsas) conversaciones con Freud en las que éste, toda una autoridad en las profundidades del inconsciente, le confirmaba sus teorías. Mi hipótesis es que, gracias a Freud, Dalí se sintió legitimado para p 6 OF confirmaba sus teorías. Mi hipótesis es que, gracias a Freud, Dalí se sintió legitimado para poder sentir primero, y plasmar después a través de sus pinturas sus vivencias sexuales.

Y por otro lado Dalí, haciendo una interpretación muy personal de las teorías de Freud (la interpretación que necesitó hacer), llegó a considerar que sus vivencias sexuales desde la infancia eran muestra de su genialidad: es decir, a diferencia de la mayoría de los mortales, él había conseguido tener acceso, desde muy pequeño, a un Para Dalí, conocer los escritos de Freud fue «una gran liberación», tal como él mismo explicó. Probablemente esta liberación es lo que permitió que Dalí, con una valentía enorme, pudiera plasmar en sus cuadros este tipo de vivencias sexuales polimorfas: su cuadro más emblemático en este sentido es El gran masturbador. De entrada, lo primero que debe ser resaltado es el hecho de que un masturbador compulsivo tenga el coraje de hacer pública su compulsión.

El cuadro es un autorretrato de sí mismo: su cabeza aparece caída con la cara contra el suelo, los ojos cerrados como si estuviera avergonzado, junto a su boca, el gran masturbador tiene uno de los bichos más horripilantes y terroríficos para Dalí: n saltamontes. Parece que, de niño, sus compañeros le tiraban saltamontes a la cara para burlarse de sus reacciones extremas de pánico. Y para acabar de intensificar esta imagen repulsiva, el saltamontes tiene el abdomen putrefacto lleno de insectos. La cara del masturbador tiene también algún indici abdomen putrefacto lleno de insectos. La cara del masturbador tiene también algún indicio de putrefacción con insectos. La cara tiene una cualidad blanduzca, que algunos han interpretado como una representación de la flacidez de la impotencia sexual que Dalí padeció (quizá durante toda su vida).

Más adelante ntentaré dar mi propia versión acerca del interés de Dalí por las imágenes flácidas, a veces sensualmente cremosas. De la zona de la nuca surge una mujer sensual presta para una felación ante unos genitales masculinos que se marcan en unos calzoncillos, Junto a la cara de la mujer, un león (otro típico icono de Dallj que a menudo se suele interpretar que representa a su padre y a la potencia sexual. Aparato y mano es uno de los cuadros en que el artista aborda de forma más directa su obsesión masturbatoria: puede ser interpretado como un autorretrato en el que una roja y terrorífica mano masturbadora ocupa el lugar e la cabeza (como un antecedente del cuadro sobre Narciso, donde también la mano masturbadora es la auto-imagen de éste).

Alrededor de este siniestro personaje aparecen algunas de las típicas obsesiones dalinianas: objetos parciales bizarros en forma de trozos de cuerpo de mujer; la figura incestuosa de la hermana vestida de bañista; un burro putrefacto sodomizado por un pentágono, el pene del burro se confunde con la sombra del personaje masturbador etc. En su célebre cuadro La persistencia de la memoria, aparece de nuevo la figura del gran masturbador: en esta ocasión, pero, el cuadro a memoria, aparece de nuevo la figura del gran masturbador: en esta ocasión, pero, el cuadro tiene ya la sensualidad de unos relojes que se derriten. Incluso la putrefacción pierde su cualidad repulsiva: uno de los relojes parece pudrirse, invadido por las típicas hormigas, pero conserva una naturaleza mineral y limpia, brillando con la luz del crepúsculo. La sexualidad oral podemos hallarla en numerosos cuadros.

En la pintura titulada El perverso polimorfo de Freud, Dalí pinta un rubito bebé de mejillas sonrojadas mordiendo atrozmente una rata: esta imagen del niño angelical rollizo que esconde en as tinieblas de sus profundidades inconscientes una oralidad destructiva arcaica haría a buen seguro las delicias de Melanie Klein. Ahora bien, el cuadro de Dalí más emblemático en relaclón con el erotismo oral es Canibalismo de Otoño, donde una pareja se devora mutuamente de una forma que es sensual y agresiva al mismo tiempo. Los cuerpos medio se devoran medio se unen en una simbiosis: por un lado se atacan (se muerden, se cortan con un cuchillo) y por el otro aparecen sensualmente fusionados. El motivo de los cajones, tan daliniano, refuerza la imagen de que el cuerpo amado o deseado está lleno de interioridades que pueden er sádicamente despojadas.

En uno de los estudios previos de El destete del mueble-almento, se puede ver un niño (que recuerda el niño saltamontes que representa a Dalí cuando tenía 10 años) rebanando con un cuchillo un mueble que representa el regazo de la nodriza. Se puede observar tamb de la nodriza. Se puede observar también como la misma nodriza se rebana un trozo de su brazo para dárselo al niño hambriento que espera en la mesa Tal como puede observarse en la siguiente cita, Dalí parecía sentirse cómodo con la teoría de la dualidad pulsional (instinto de ida, instinto de muerte) de Freud: «De niño, el menor signo de la muerte me taladraba el estómago, y la perversidad polimorfa de que di muy pronto señales evidentes era sin duda un juego profundo de las fuerzas de la vida que habitaban en mí, contra las fuerzas de la muerte» (Confesiones inconfesables, p. 80) Ahora bien, lo que escribe Dalí a continuación deja bien claro que su idea de las fuerzas de muerte no se corresponde con algo instintivo de origen interno, sino que las considera secundarias al conflicto con su hermano muerto: «‘Yo nací doble, con un hermano de más, que tuve que matar para cupar mi propio lugar… » (Confesiones inconfesables, p. 644) Más adelante describiré el posible sentido que para mí tienen las fantasías de Dalí respecto a su hermano muerto. Sabemos poco. La versión que Dalí ha difundido es la de que su madre «lo adoraba», que lo consintió en exceso, y por ello desde pequeño fue un niño déspota y caprichoso. Y a través de sus autointerpretaciones psicoanalíticas Dalí llegó a la conclusión de que su madre le habría «chupado» y «devorado» su pene cuando era pequeño. A los 17 años su madre murió de un cáncer de útero, parece que después de una